En qué consiste operarse
Dependiendo del tipo de operación que necesites, es posible que ingreses en un hospital o que te operen en régimen ambulatorio o externo. Si te ingresan en un hospital, generalmente tendrás que permanecer allí durante un día o más para que los médicos y enfermeros supervisen atentamente tu recuperación.
Si te operan en régimen ambulatorio, volverás a casa el mismo día de la operación. Este tipo de operaciones se pueden hacer en un hospital o bien en una clínica provista de quirófano, y podrás volver a casa cuando el médico decida que estás preparado.
Antes de la operación
Antes de la operación, tú y tu familia tendrán la oportunidad de conocer al anestesista, un médico o enfermero titulado especializado en administrar anestésicos.
Los anestésicos son unos medicamentos que te ayudarán a quedarte dormido o bien a perder la sensibilidad en la parte del cuerpo que te vayan a operar para que no notes la operación. El anestesista dispondrá de tu información médica para poderte administrar la cantidad de anestésico que necesitas en función de tu edad, estatura y peso.
Antes de la operación, el médico o el enfermero te limpiará (y afeitará, en caso necesario) el área del cuerpo que te vayan a operar. Te pedirán que te quites todas las joyas y artículos que lleves puestos, incluyendo pasadores, clips y cintas para el pelo, así como las lentes de contacto, en caso de que lleves. Te darán una bata hospitalaria para que la lleves puesta durante la operación.
Después de la operación
Una vez haya pasado el efecto de la anestesia y estés completamente despierto, te llevarán a una habitación del hospital ordinaria si vas a pasar allí la noche. Si te has sometido a un procedimiento ambulatorio, el personal de enfermería supervisará tu estado en otra habitación hasta que estés preparado para volver a casa.
Cómo evitar preocuparte por tu operación
La idea de que te tengan que operar te puede asustar bastante. Si estás preocupado, prueba los siguientes consejos para tomártelo con más calma:
Haz preguntas con tiempo de antelación. El cirujano, el anestesista y los enfermeros podrán responder a tus preguntas sobre la operación: cómo te encontrarás después, cuándo podrás retomar tus actividades cotidianas, qué tipo de cicatriz te quedará, etc. No te dé vergüenza hacer muchas preguntas: cuanto más informado estés, más cómodo te sentirás con respecto a la operación.
Practica hábitos saludables. Fumar nunca es una buena idea, pero es especialmente malo fumar después de someterte a una operación, cuando tu cuerpo está intentando recuperarse. Tira a la basura los cigarrillos, haz abundante reposo y aliméntate con comida nutritiva.
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