Consejos útiles para tu primera vez en quirófano
Lo primero de todo es un buen diagnóstico, es decir, un buen motivo. Antes de ir al quirófano el paciente debe tener bien claro el por qué. Si no lo tiene claro, no se opere, pida mas explicaciones. Un buen profesional de la cirugía no debe rechazar nunca dar explicaciones más detalladas y que sean entendibles por usted de por qué debe operarse.
Puede que le hayan diagnosticado una hipertrofia de la próstata, unas cataratas, una lesión de ligamentos o unas piedras en la vesícula. Existen múltiples motivos que aconsejan hoy en día el paso por el quirófano. La cirugía suele ser un método eficaz para el tratamiento “radical” de una patología (es decir de una enfermedad). Y aquí la expresión tratamiento radical quiere decir resolutivo, que acabe definitivamente con nuestro padecimiento. Le debe quedar claro que su estado tras la cirugía será mejor que el que tenía previamente a ella.
Es práctica cada vez más extendida el solicitar una segunda opinión. Un buen profesional no debe sentirse “ofendido” por esta situación. Y aquí enlazamos con la segunda premisa: la confianza entre cirujano y paciente. Usted debe tener esperanza en mejorar su estado de salud con la cirugía, pero también confianza absoluta en los profesionales que le van a proporcionar este tratamiento. Existen algunos “trucos” para reforzar esta confianza, que siempre debe partir de la entrevista personal entre el cirujano y su paciente. Piense que su cirujano va a trabajar sobre su cuerpo, así que debe tener unos minutos de conversación con usted para generarle esa confianza.
Del mismo modo debe usted realizar una higiene personal completa antes de acudir al centro donde se le realizará la cirugía. Un aseo personal completo es muy recomendable para evitar infecciones. Es bastante probable que le tengan que rasurar el pelo de la zona donde se vaya a practicar la incisión. Puede usted facilitar esta labor si ha realizado un rasurado previo. Utilice para ello instrumentos limpios (maquinilla desechable nueva) y sea cuidadoso. Es preferible que le tengan que completar el procedimiento en el centro a que se realice algún corte por intentar ser demasiado aplicado.
No lleve maquillaje, uñas postizas u otro material cosmético. Puede provocarle alergias durante el procedimiento. No debe llevar ningún objeto metálico en su cuerpo, deje en casa los anillos, pulseras, pendientes, piercing u otros adornos.
Por último, si le han dicho que tiene que pasar alguna noche en el Hospital, le aconsejamos que lleve una pequeña “bolsa de viaje” con su pijama o camisón. Le hará la estancia más agradable. Hay quien incluso prefiere llevarse su almohada. El descanso es importante tras cualquier cirugía.
Ahora ha llegado el momento de ingresar. Lleve consigo los papeles que le hayan indicado y preséntese en el centro acordado. Si le acompaña un familiar se encontrará mejor. Le indicarán su habitación o la sala de espera. Allí relájese en lo posible y entretenga su tiempo hasta el momento de ir al quirófano. Lo mejor suele ser una buena charla con su familiar.
Durante toda la estancia siga las instrucciones del personal de enfermería y de los médicos. Pregunte cuantas dudas tenga. Es en el quirófano donde más necesario es que siga usted todas las indicaciones que se le den. Está usted en manos de profesionales que realizan esta labor a diario. Ellos saben muy bien los pasos que debe usted seguir para que se encuentre lo más cómodo posible. Tras la cirugía el médico dará las órdenes oportunas al personal de sala para su restablecimiento.
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