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Prevención de la gripe


El virus de la gripe inicialmente se une a las células de la mucosa de las vías respiratorias superiores (células secretoras de mucosidad, células ciliadas y células epiteliales) y las destruye, eliminando así el primer sistema de defensa del sistema respiratorio, y posteriormente puede alcanzar las vías respiratorias inferiores causando una descamación grave del epitelio bronquial o alveolar.


Además de afectar las defensas naturales de las vías respiratorias, la gripe facilita la adhesión de las bacterias a las células epiteliales, dando como resultado una infección bacteriana secundaria, que puede llegar a desencadenar una neumonía.


Cómo se contagia la gripe

Los virus gripales pueden entrar al organismo a través de las mucosas de las vías respiratorias (cavidad nasal, laringe, tráquea, bronquios), de la mucosa bucal o de las conjuntivas.

Los principales mecanismos de transmisión del virus de la gripe son:

  • Por contacto directo con un enfermo o material contaminado, por ejemplo, a través de las manos.

  • Por vía aérea, mediante gotas respiratorias liberadas al toser o estornudar.

La propagación del virus de la gripe se produce durante el periodo en que este tiene la capacidad de transmitirse, que comienza un día antes del inicio de los síntomas y finaliza 5-7 días después, cuando se ha resuelto la sintomatología. En el caso de los niños, éstos pueden transmitirlo pasados los siete días de enfermedad.


No todos las personas que contactan con el virus se infectarán, aunque pueden servir de vector, es decir, de transmisores de la infección. De esta forma, la gripe se extiende de forma muy rápida, siendo muy difícil controlar su propagación con las clásicas medidas de salud pública, como el aislamiento de los enfermos, ya que cuando un caso es detectado, ya se ha iniciado la propagación.


Las personas más vulnerables a la infección o a sus complicaciones son los bebés y los ancianos, las embarazadas, los enfermos con patologías respiratorias crónicas (asma, EPOC, fibrosis), y aquellos con enfermedades que disminuyan la capacidad inmunitaria (tumores, inmunodeficiencias).


La gripe se transmite normalmente de persona a persona, y debido a que la transmisión suele producirse cuando el infectado ni siquiera sabe que tiene el virus, la prevención no resulta fácil. Se pueden tomar, no obstante, una serie de precauciones generales, para la prevención del contagio de la gripe entre individuos, o que éste resulte lo más leve y llevadero posible. Entre estas medidas destacan:


  • Extremar la higiene: lavarse las manos frecuentemente, especialmente tras tocar algún objeto o superficie, y en cuanto lleguemos a casa tras viajar en transporte público. Al lavarse las manos, hacerlo despacio y a conciencia, sin que quede ninguna zona sin limpiar.

  • Llevar encima una solución limpiadora desinfectante para usarla cuando no se disponga de agua y jabón.

  • Mantener la casa limpia y desinfectada, especialmente los lugares donde se cocina o come, sobre todo si ya hay un enfermo en la familia. Limpiar también más a menudo los pomos de las puertas, el baño, las superficies de los muebles, el teléfono, etc. porque el contagio también se produce por contacto directo con una superficie contaminada.

  • Ventilar el hogar: todas las mañanas es conveniente abrir las ventanas y ventilar la casa durante diez minutos aproximadamente. Así se renueva el aire y si algún miembro de la familia está afectado es más fácil evitar el contagio.

  • Taparse la boca al estornudar o toser, preferiblemente con un pañuelo de papel desechable, para evitar que las gotas respiratorias expulsadas contaminen a otras personas. Después de sonarse los mocos, hay que tirar el pañuelo utilizado a la basura y lavarse las manos inmediatamente.

  • Intentar llevar una vida sana: si llevas unos hábitos saludables y una dieta equilibrada puedes evitar que bajen tus defensas y mantener fuerte tu sistema inmune.

  • Protégete bien de los contrastes de temperatura: cuando entres y salgas a la calle en épocas de frío y calefacciones abrígate debidamente en cada caso.

  • Vacunarse: la mejor forma de prevenir la gripe es la vacunación.


¿Cuándo debes vacunarte de la gripe?

Se dispone de una vacuna trivalente, con dos cepas tipo A y una tipo B, que serán las más probables circulantes a la vista de los estudios epidemiológicos que se hayan realizado en ese año. Sólo se precisa de una dosis, excepto en niños que no hayan sido previamente vacunados, a quienes se aconsejan dos dosis separadas en cuatro semanas.


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