Leches de crecimiento, una opción complementaria en la dieta después del primer año.
La alimentación en los primeros años de vida juega un papel fundamental para el adecuado desarrollo de los más pequeños. En los primeros meses de vida la leche materna es el alimento idóneo para su alimentación. En el momento en que se inicia la diversificación alimentaria, es fundamental prestar atención a la dieta con el fin de que sea completa, variada y equilibrada.
Así, un punto que subrayan los pediatras es que la dieta en los niños de 1 a 3 años ha de cubrir los requerimientos nutricionales específicos de esta etapa de la vida, ya que las necesidades en cuanto a ingestas de proteínas, lípidos, hierro y vitamina D son diferentes a las de la edad adulta. Para mantener una alimentación equilibrada en la infancia se recomienda consumir frutas, verduras y hortalizas diariamente, entre dos y tres porciones diarias de leche y/o lácteos, y aumentar el consumo semanal de pescado.
La leche de vaca no debe introducirse como alimento fundamental en la alimentación del niño antes de los 12 meses. En este sentido, el documento señala que a partir del año, cuando con la dieta habitual no se consiga cubrir los requerimientos de determinados nutrientes, las leches adaptadas con mejoras en el perfil proteico y lipídico representan una oportunidad porque permiten completar dichas necesidades.
Leches de crecimiento en la alimentación del niño pequeño.
Desde hace varios años están disponibles una serie de productos lácteos líquidos cuya composición ha sido adaptada para cubrir los requerimientos nutricionales tan específicos para este grupo de edad. Estos productos, denominados genéricamente como ‘leches de crecimiento’, son una opción complementaria en la dieta para alcanzar las ingestas recomendadas de nutrientes esenciales en la infancia.
Además, como indican los autores, “la leche proporciona proteínas de alto valor biológico, fundamentales para el crecimiento y desarrollo infantil. Con el objetivo de adaptarse mejor a las necesidades de los niños de corta edad, las leches de crecimiento tienen un contenido proteico reducido. También tienen un perfil lipídico modificado, más equilibrado, al incorporar mayor cantidad de ácidos grasos poliinsaturados -como el Omega 3 DHA-, y monoinsaturados, y reducir el contenido de grasa saturada”.
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